Nací sin permiso, desgarrando la tierra,
entre caracoles secos y
semillas nuevas.
De apoco fui ganando mi espacio,
mirando el sol
y escuchando llorar a la luna.
La lluvia me encontró desnudo,
pero ella, me hizo fuerte.
Hoy soy brote, hoja y flor,
soy tronco, fruta,
y sombra que da refugio.
Mis raíces son venas que buscan agua.
Mi tronco, es escudo en el viento.
Las hojas me abandonan,
la fruta la obsequio.
No lloro en invierno,
no me lastima el otoño,
el verano me abriga,
y en primavera renazco.
Mi cuerpo es pura madera,
al igual que mis manos.
Soy solo un árbol, que nació equivocado.
Pero, no sientas frío,
porque siempre estaré a tu lado,
ahí, mirando juntos el fuego,
en la estufa, a un costado.
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Solo quiero decirte, gracias.