miércoles, 30 de noviembre de 2016

Lola la mulita, viaja hasta su origen

Una mañana, Lola la mulita despertó dentro de su cueva con una pregunta que la hace cosquillas, dentro de su pequeña cabeza.
¿De dónde provengo? Se preguntó a si misma.
Es que hace mucho tiempo que no veo a otra de mi especie, se siente extraña la soledad.
Quiero entender, ¿cómo llegué a esta tierra? ¿Por qué estoy sola?
Así que voy a recorrer el campo, y les preguntaré a los animales que encuentre en el camino, tal vez consiga una respuesta.
De esta manera, Lola salió sin tener rumbo, y sin conocer un destino que logre ayudarla a saber por dónde ir.

Mientras camina junto a un viejo paso gastado por el pisar de ovejas y otros animales, de pronto pudo sentir un silbido que proviene de entre los arbustos.
Lola detuvo su marcha, intenta descubrir, de dónde viene aquel silbido, que no parece ser de un pájaro. Con paso sigiloso se acercó, allí pudo distinguir un par de grandes orejas, que sobresalen de un cuerpo alargado que es del mismo color del paso, cuando está seco.
Grandes ojos miraron a Lola, y una voz llena de miedo le habló.
       _ No debes andar a esta hora por el campo, es peligroso _ dijo la liebre _ sin dejar de mover sus
          orejas de un lado a otro.
       _ ¡Perdone usted! Puedo hacerle una pregunta sin que se moleste, y ¿Por qué es peligroso salir
          a esta hora? _ preguntó Lola.
          Solo quiero saber ¿De dónde provengo? Quizás pueda ayudarme, o tal vez conozca a alguien,
          que si pueda.
       _ Dicen por aquí, que el animal más viejo y más sabio es el yacaré, a él tendrías que preguntarle,
          de seguro él tiene la respuesta que buscas.
       _ Gracias _ respondió Lola _ iré ahora mismo.
       _ ¡Nooo!, ahora no vallas _ exclamó a toda voz la liebre _ al yacaré no le gusta que lo molesten
          de día. Espera ala noche para ir.
          Y te voy a decir algo más, ten cuidado, el hombre con sus perros están cazando a todos los
          animales, cada vez somos menos.
       _ Será por eso que no veo a otros como yo _ dijo Lola _ mientas mira como la liebre no deja de
          mover sus orejas.
       _ ¡Rápido, escóndete! Escucho a los perros acercarse _ gritó la liebre _ que levantó su cuerpo del
          suelo y comenzó a correr.
Lola comenzó a cavar allí mismo, sus pequeñas patas mueve con rapidez, trata de hacer una cueva lo más profunda posible, para que los perros no puedan encontrar su aroma.
Algunos minutos después, ladridos y fuertes explosiones pasan junto al lugar donde Lola está. Sin moverse solo escucha, tiene miedo de respirar, no quiere que la descubran. Por eso se mantuvo quieta hasta el anochecer.
Largas horas después, con precaución salió de su cueva, iría hasta la laguna, donde sabe que vive el yacaré. Le preguntaría sobre su origen, y así contestar aquella pregunta que daba vueltas en su cabeza.
Cuando llegó a la laguna, pudo ver dos luces que sobresalen del agua, que se mueven como luciérnagas en el silencio.
       _ Buenas noches _ dijo Lola _ en voz baja.
       _ ¿Quién anda ahí? _ preguntó el yacaré _ mientras abre su boca, en un enorme bostezo, y saca
          su largo y escamoso cuerpo del agua.
          Se sentó sobre una roca que emerge de la arena, y volvió a preguntar. ¿Quién anda ahí?, no
          temas, deja que vea tu cara.
       _ Hola señor yacaré, soy Lola la mulita. He venido a buscar su ayuda, dicen que usted es el
          animal más sabio, que usted tiene todas las respuestas.
       _ ¿En qué te puedo ayudar Lola? ¿Qué necesitas saber? _ dijo el yacaré.
       _ Quiero saber ¿De dónde provengo? Conocer mi origen, quienes fueron mis antepasados, saber
          más sobre mí _ le contestó Lola.
       _ Te voy a contar la historia, que me contaron los yacarés que antes vivieron. Dicen que hace
          muchos millones de años, la tierra estaba pegada, cuando comenzó a separarse muchos
          animales emigraron, y llegaron algunos que ellos nunca habían visto.
       _ ¿Alguno de ellos fue mi antepasado? _ preguntó Lola.
       _ Es una buena pregunta _ respondió el yacaré _ lamentablemente no puedo contestarla.
          Tendrás que viajar y descubrirla en otras tierras, espero que lo logres.
Así, Lola comenzó su viaje. Escavó durante largas noches y varios días, con la necesidad de encontrar esa respuesta que tanto la atormenta.

Salió en una tierra diferente, en realidad no era tierra, parecía arena, todo a su alrededor estaba rodeado de arena.
Fue entonces que notó que algo se acercaba, flotando sobre aquella arena que se movía igual que el agua. Una figura llegó hasta Lola, que la observó sin saber qué pensar.
      _ La serpiente miró a Lola mientras le dice, ¡tú no eres de por aquí! ¿Qué te trae a mis dominios?
         ¡Este lugar me pertenece!
      _ Es verdad, no soy de este lugar _ contestó Lola _ solo estoy buscando a otra como yo. ¿Usted
         ha visto a alguien que se parezca a mí?
      _ ¡No!, nunca vi a un animal como tú _ contestó la serpiente _ mejor le preguntamos a mi amigo
         el escorpión, él hace más tiempo que camina por el desierto.
La serpiente y Lola caminaron por algunas horas bajo el candente sol, y llegaron hasta una piedra redonda, debajo de ella se encontraba durmiendo Don escorpión, así se lo conocía por aquellas arenas.
Espera, le dijo la serpiente a Lola, deja que yo lo llame, suele levantarse de mal humor, es mejor que vea una cara conocida.
      _ Don escorpión, soy la serpiente, puedo molestarlo un momento, vine con una visita, necesita
         preguntarle algo.
      _ ¿Con quién has venido serpiente? ¿Qué quiere la extraña?
      _ Hola Don escorpión, mi nombre es Lola la mulita, quiero hacerle una pregunta. ¿Alguna vez
         logró ver a otro animal parecido a mi?
      _ Acércate, deja que te vea más de cerca _ dijo Don escorpión _ hace años que vivo en la arena
         jamás vi una criatura como tú, lamento mucho no poder ayudarte.
      _ Está bien, no se preocupen _ contestó Lola _ seguiré mi búsqueda en otra tierra, gracias por su
         ayuda.
Lola escavó sin saber a dónde ir, con un destino que no conocía partió nuevamente. A dónde la llevaría esta vez su búsqueda, era otra pregunta que precisaba respuesta.

Esta vez Lola cavó durante un mes entero, casi sin descansar, y llegó a un lugar que la recibió rodeada de una tierra de un rojo fuerte. Allí pudo ver extrañas criaturas que saltan de un lado a otro.
¿Dónde estaré?, pensó Lola.
Con mucha timidez, Lola asomó su cuerpo en aquella extraña tierra, los animales que saltan, al verla dejaron de hacerlo. Todos se sentaron a observar a aquella diminuta criatura, que nunca antes habían visto.
Buenos días dijo Lola, ante la atenta mirada de aquellos que no dejan de mirarla, y que en silencio la observan sentados,
De pronto uno de los canguros se aproxima a Lola, que ve acercarse a este extraño animal, sin saber
si su intención, no será la de atacarla. Para sorpresa de Lola, el canguro la recibió entre risas, y una enorme bienvenida.
Sorprendida Lola de tal recibimiento, decidió hablar primero.
      _ He venido hasta su tierra, para hacer una sola pregunta.
      _ ¿En qué podemos ayudarte?_ preguntó el canguro _ sin dejar de rascar su panza.
      _ Quiero preguntarles si alguno de ustedes ¿Alguna vez habían visto a otro animal parecido a mí?
         Es algo muy importante y que me ha traído hasta ustedes.
      _ Todos los canguros se miraron unos a otros, no entendían, es que este pequeño animal no sabe
         que nosotros vivimos en una isla, que solo pueden llegar aquí, los que saben nadar.
         En canguro delante de Lola al verla tan perdida le preguntó. ¿De dónde vienes pequeña?
      _ Yo vengo del sur, de las tierras que están más al sur, estoy buscando mi origen, he recorrido
         otras tierras y en todas ellas hasta ahora, nadie recuerda haber visto a mi especie.
      _ Siento mucho darte malas noticias _ repuso el canguro _ ahora estás muy lejos de donde tu
         vienes, y nunca vimos por aquí a nadie que se te parezca, lo siento.
         Por lo que has recorrido, veo que debe ser importante para ti saber de dónde vienes.
      _ Claro que es importante, es esta respuesta, la razón que me mantiene caminando.

Otra tierra quedaba atrás, Lola comenzaba a perder esperanzas de encontrar su origen. Sus pequeños dedos y sus pequeñas uñas comenzaron a gastarse de tanto cavar, pero igual siguió. Esta vez cavó durante dos meses seguidos, hasta que ya no pudo más. Su cuerpo cansado, ya no tenía fuerzas para seguir, fue cuando pensó en darse por vencida, olvidar aquella tonta pregunta que la había llevado tan lejos. Dejar de pensar de dónde vino, y entregarse a lo que la vida le ofrece.
Con sus ojos cerrados enfrentó esta nueva tierra donde sus uñas la han traído.
Cuando abrió sus ojos, lo que ven le hacen pensar a Lola que está en un sueño. Ante aquellos ojos cansados, una tierra colmada de pequeñas estatuas de barro, repleta de formas diferentes, se abre a su mirada.
¡Parecen montañas dormidas! Pensó Lola. Cuando de pronto, algo con forma de una cola peluda como la de un zorro se asoma.
Una extraña figura alargada con enorme hocico camina hacia Lola, que al verla se quedó largo rato observándola. Y fue aquel peludo animal que se presentó ante Lola. Hola pequeña mulita.
Al decir esto Lola pensó, ¿cómo sabe que soy?
Era un oso hormiguero con grandes garras en sus patas, de la misma forma y color como las de Lola.
Fue entonces que algo diferente pasó.
      _ Hola, me llamo Lola, estoy buscando una respuesta, no sé pero parece que tú ya habías visto a
         alguien igual a mí.
      _ Ven quiero que me sigas tengo algo que mostrarte _ dijo el oso hormiguero _ algo que tú estás
         buscando.
Lola siguió al oso hormiguero, llegaron hasta una vieja caverna, en su interior se ven pinturas que parecen parte de la roca.
¡Ahí está!, lo que quiero mostrarte pequeña mulita, tal vez algo te parezca familiar. Lola pudo ver pinturas en las que se vena sus antepasados, de mayor tamaño, pero con la misma forma.
¡Es verdad! Son iguales a mí pensó.
El oso hormiguero miró a Lola y le dijo, esta es tu familia pequeña mulita. Si miras más abajo, puedes ver dibujos de animales que se me parecen, Lola yo soy parte de tu familia, nosotros evolucionamos, pero tú no tuviste que hacerlo. Tu cuerpo es perfecto, y ante él yo me inclino, murmuró el oso hormiguero, y así se quedó inclinado ante la atenta mirada de Lola.
Este es tu hogar Lola, aquí somos libres de vivir, el hombre comprendió que debe protegernos, quiero que te quedes con nosotros, que seas parte de mi familia, ¿qué te parece?
Además quiero presentarte a mi Mamá, hace un rico pastel de termitas, estoy seguro que te va a encantar.
Ahora sí, Lola pudo contestar aquella pregunta que la había llevado tan lejos, que la hizo conocer hermosos lugares y a todos los que allí viven.
Y mirando al oso hormiguero, le dijo. ¡Claro que me quedo!, si por fin estoy en casa.    

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